La gran y durísima
crisis que está sufriendo nuestro país, está ocasionando graves problemas de
bienestar y de garantía social en nuestro entorno más cercano, en las escuelas,
en los alumnos y alumnas de nuestros centros. Prueba de ello es el artículo
publicado en el periódico “La opinión de Tenerife” que versa sobre el aumento
de los casos de desnutrición en los menores, de sus consecuencias y de las acciones
que se están realizando y que se deberían llevar a cabo para solucionar este
problema, que es complicado de erradicar pero, desde mi punto de vista es de
primera necesidad y no se puede permitir que existan casos de desnutrición en
un país desarrollado como España en pleno siglo XXI. Es cierto que los recursos
económicos que poseen las administraciones son escasos, pero se debe de
realizar un esfuerzo para ayudar a esas familias más desfavorecidas para que
como mínimo tengan un plato de comida que ofrecerles a sus hijos.
Es muy triste tener
que leer que hay una gran cantidad de niños y niñas en nuestra isla que no tienen ni
una pizquita de comida que echarse a la boca. Siempre que pensamos en hambre,
en desnutrición infantil, nos acordamos de África y hay mucha gente que realiza
donaciones económicas para combatirla, es cierto que los habitantes del
continente vecino necesitan esas ayudas, pero existiendo problemas de la misma índole
en nuestra propia tierra, enviar dinero a tierras lejanas no es justo ni ético,
ya que, personalmente creo que primero
se deben de resolver los problemas nuestros y después los ajenos. Por ese
motivo, consideró que se deben de realizar campañas de concienciación para que
los ciudadanos conozcan la existencia de este problema en nuestro propio
territorio y que debemos de ayudarnos porque puede ser que mañana nos
encontremos en la misma situación.